Con el establecimiento del segundo imperio francés (1852-1870), Napoleón lll se preocupo por fortalecer económicamente a su país, al aplicar una política liberal.
La política exterior de imperio promovió el expansionismo colonial; queriendo dirigir la política europea, participo en la guerra de Crimea, apoyo la independencia de Rumania, ayudo al Piamonte en su política unificadora, por lo que obtuvo los territorios de Saboya y Niza, intervino fallidamente en México (1861-1867) y, finalmente, en 187, Francia se vio envuelta en la guerra contra Prusia, en la que perdió los territorios de Alsacia y Lorena.
El fracaso de la guerra franco-Prusia provoco un gran descontento entre la población. A pesar de su decadencia económica, Francia siguió fungiendo como segunda potencia mundial, gracias a su capital bancario y a su política colonial.
La expansión francesa continuo por África y Asia, al conquistar Túnez en 1881; Somalia e indochina, en 1883; una región de china, en 1887; la isla de Madagascar, en 1896y, al finalizar el siglo, algunas islas de Oceanía; además, África occidental y África ecuatorial francesa.
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